Consejos para trasplantar plantas

¿Cuándo debemos trasplantar las plantas de una maceta pequeña a otra más grande o de una maceta al jardín?
Para hacer éstas operaciones no se necesitan una época determinada. Se puede hacer todos los días del año ya sea verano o invierno, no les sucederá nada sino todo lo contrario, la planta lo agradece si lo necesita de verdad. Ya que la planta si está en una maceta pequeña y tiene muchas raíces alrededor o debajo, encontrando solo plástico o barro (depende del material que esté hecho la maceta), al trasplantarla a un lugar más grande estas raíces encontrarán mantillo o turba alrededor, así se alimentan con el 100% de sus raíces.


Solo hay un inconveniente por el que puede llegar a perderse y es que si la planta está trasplantada (por ejemplo) en una maceta el doble de grande, no necesita el doble de agua por el momento sino la misma que antes. Si no lo hacemos de esta forma podemos llegar a pudrirle las raíces. A medida que la planta vaya creciendo, irá necesitando progresivamente un poco más de agua.
También hay que tener en cuenta que si al cambiar la planta la cambiamos también de sitio, el riego cambiará: si la ponemos en un sitio con más sol, necesitará más agua que anteriormente pero si por lo contrario la ponemos en un sitio con más sombra, necesitará menos agua.

 

Hay otro tipo de trasplantes que es cuando arrancamos la planta del jardín y la queremos poner en otro sitio del mismo o incluso sembrarla en una maceta. Esto es posible, pero no se puede hacer durante todo el año, sino que necesita una época determinada para ello, esto es en invierno, cuando la planta está descansando, la salvia la tiene parada, no está en pleno crecimiento y actividad.

En otoño también es bueno pero sobretodo en zonas no mediterráneas, es decir, zonas más invernales. Estos trasplantes sí lo sienten las plantas, ya que se le rompen la mayor parte de las raíces. A algunas variedades de plantas le afectan menos que otras ya que son más duras y aguantan el trasplante mejor, pero todas necesitan un tiempo después para recuperarse. Unas se recuperarán antes y otras tardarán más. Mientras más grande sea la planta, más lo siente ya que tiene más raíces cortadas y también tiene más posibilidades de no agarrar.

Es el invierno la época ideal para poder partir una planta, es decir, partir las raíces de una planta y de la misma hacer 2 ó 3 plantas más pequeñas.
En definitiva, todo lo que sea mover o partir las raíces se debe hacer cuando las plantas estén en descanso y si las raíces no se toca, se puede hacer durante todo el año.
Las palmeras están en descanso en verano al contrario de las demás plantas.

¿Cómo trasplantar?
Cuando se realiza un trasplante en el suelo, debemos de tener en cuenta que éste drene bien para que la planta no se encharque, ya que se puede pudrir y para que sus raíces esten mejor en una tierra no tan apelmazada. Los suelos arcillosos son los más propensos en este sentido por lo siempre debemos mezclar la tierra (donde vayamos a trasplantar) con turba, mantillo, arena de río…. Así quedará la tierra mucho más suelta, bullida y ventilada.

 

Para transplantar de una maceta a otra mayor es muy importante que antes comprobemos que la nueva maceta tenga un agujero para poder drenar el agua sobrante. A continuación, antes de nada, para evitar el encharcamiento que puede provocar hongos y bacterias nocivas para sus plantas, debemos preparar un buen drenaje que puede ser de gravilla, grava, piedra volcánica o trocitos pequeños de ladrillos o terracota; esto impedirá la acumulación de agua en el fondo de la maceta o jardinera. Luego añadimos un poco de sustrato con mantillo en el fondo de la maceta nueva (teniendo en cuenta siempre que cuando metamos dentro la planta que deseamos cambiar sin macetero, ésta debe estar al mismo nivel que la maceta más grande; ni muy hundida ni demasiado sobresalida).

Una vez puesta la planta dentro, le añadimos turba alrededor rellenado así el espacio que hay entre la planta y el nuevo macetero y con los dedos le empujamos bien hacia abajo procurando rellenar todos los huecos. Hay que mirar un poco la planta para procurar no ponerla torcida, si la vemos torcida la movemos hacia el lado contrario procurando ponerla más vertical y añadirle un poco más de turba en el lado contrario.

 

Para las plantas de interior es conveniente de trasplantarla con el sustrato tal como viene, sin embargo, para las de exterior (y más si son plantas grandes), es aconsejable mezclarlo un poco con mantillo o incluso con tierra buena del campo pero no demasiado sino un máximo del 50%. Con esta mezcla conseguiremos que la turba no esté excesivamente esponjosa y ventilada, ya que al estar expuesta al sol y vientos se seca demasiado, no aguanta nada de humedad y cuando le suministremos agua no la absorve sino que la va tirando sin quedarse a penas con nada.

 

El sustratro universal que utilizamos para trasplantar todo tipo de plantas, tiene incorporado una mezcla de abono que será suficiente para el mantenimiento de los primeros meses de la planta (ésta lo irá absorviendo poco a poco), pasado este tiempo es aconsejable echarle abono a la planta, que se lo puede suministrar de dos formas: líquido o sólido.
El líquido, diluido en agua y echándolo en la tierra para que lo tome por la raíz o pulverizando toda la planta y que lo tome por las hojas (foliar). Las plantas absorven antes los abonos líquidos porque ya están diluidos, pero tienen el inconveniente de tener que medir la dosis cada vez que se riega con él. Sin embargo, el abono sólido se echa en la tierra y la planta lo va tomando poco a poco a la vez que se va disolviendo en cada riego, pudiendo despreocuparse de abonar por más tiempo.

 

Muchas personas creen que lo que las plantas comen es tierra, pero son teorías completamente erróneas. El primero en demostrarlo fue un científico holandés, el cual hizo la prueba con un sauce comprobando 10 años después de haberlo sembrado, que el sauce pesaba 100 veces más que al principio y sin embargo, la tierra pesaba lo mismo que 10 años antes, cuando lo sembró.
Las plantas se nutren de elementos minerales que tiene la tierra o que nosotros le proporcionamos, como son: nitrógeno, fósforo, potasio y calcio. Hay otros elementos más pequeños, pero tan importantes e imprescindibles para las plantas como los anteriores, éstos son: hierro, azúfre, magnesio, microelementos, boro, zinc, manganeso…