Se trata de un árbol frutal que pertenece a la familia de las ‘Clusiaceae’, de clima tropical y lo podemos encontrar en toda Sudamérica y Centroamérica. Se caracteriza por ser un árbol perenne que da un fruto en forma de baya que posee un sabor dulce y agradable.
El Mamey no sólo se identifica por su fruto sino por su altura y hermosa apariencia, que puede servir también como planta ornamental, adornando de esta manera parques, caminos, carreteras y viviendas.
Es un árbol de gran altura, crece lentamente y tiene una vida larga, puede llegar a medir 50 metros, sus hojas son grandes y junto con sus ramas crean un follaje denso y copado. Tiene una madera vistosa fuerte y duradera que es utilizada para realizar muebles.
Su fruta de igual nombre posee un exterior marrón y de textura áspera, la pulpa es jugosa, suave, de un color naranja a rojizo por dentro y de un sabor dulce. Puede llegar a tener un tamaño de 25 cm aproximadamente. Su forma puede ser alargada parecida a una elipse y en algunos casos redonda. Su semilla es grande y ovalada de color negro, puede contener en algunos casos más de una, el tamaño de esta semilla puede ser hasta de 10 cm.
Es sensible a ambientes extremos como heladas y sequias, por lo que su cultivo se debe realizar en climas intermedios. El suelo para su cultivo debe tener un excelente contenido de materia orgánica, deben ser suelos drenados y con un contenido de arena y arcilla necesarias para el buen desarrollo del árbol. Se debe regar frecuentemente pero de forma moderada, ya que mucha acumulación de agua en sus raíces puede dañar el árbol. Su propagación puede ser mediante la germinación de las semillas o por injerto, las semillas deben ser frescas obtenidas directamente del fruto. La cosecha se puede realizar luego de 7 años de plantado el árbol, cuando la fruta está madura.
No se debe cosechar el fruto cuando no esté maduro, ya que es tóxico.
El Mamey posee grandes propiedades como:
Antibiótica. Está fruta nos sirve como un antibiótico, ya que nos ayuda a combatir diferentes enfermedades, gracias a su aporte de vitaminas A y C.
La piel y la visión. Mejora la salud visual y ayuda con los problemas en la piel ya que contiene betacarotenos, luteína y taninos.
Antioxidante. La vitamina C contenida en esta fruta nos otorga propiedades antioxidantes, aportando colágeno lo que nos ayuda a prevenir el envejecimiento.
Astringente y bactericida. Los taninos contenidos en el mamey, además de mejorar nuestra piel y la visión, también ayuda a eliminar las bacterias y tiene un efecto cicatrizante.
Afecciones respiratorias. La semilla del mamey es usada para tratar problemas respiratorios como: bronquitis, asma y tos.
Problemas estomacales. Sus propiedades astringentes ayudan a disminuir los síntomas de la diarrea y de la gastroenteritis.
Protege las mucosas digestivas. El contenido de betacarotenos de su pulpa es efectivo para tratar la acidez estomacal, úlceras y gastritis.
Insecticida. La cáscara verde es efectiva para eliminar insectos en animales y humanos.
Hipertensión arterial y diabetes. Una infusión preparada con la corteza de este árbol disminuye la glucosa en sangre y la presión arterial alta.