Descripción
Se trata de un escarabajo del grupo de los gorgojos, de la familia de los «Curculiónidos», muy vistoso, con rostro alargado y curvado, de 2 a 5 cm de largo y 1,2 de ancho, de color marrón oxidado. Conocido por ser la plaga capaz de destrozar palmerales enteros. Originario de las áreas tropicales del Sudeste Asiático y Polinesia, este curculiónido está aumentando su área de distribución, habiendo colonizado la península Arábiga y detectado en Almuñécar (Granada) en 1994, donde miles de palmeras están sucumbiendo desde entonces al ataque de este insecto y propagándose con enorme facilidad.
Las larvas no tienen patas y son de color amarillo marfil con la cabeza rojiza (5cm en su máximo crecimiento) provista de poderosas mandíbulas. En este estado es capaz de perforar los troncos formando galerías de hasta 1 metro de longitud. Las galerías parten de la corona de la palmera y se ramifican en el interior del tronco. Las hojas centrales amarillean y se marchitan, de forma que en pocas semanas, la práctica totalidad de la corona se ve afectada originando la muerte de la palmera. Si las galerías dañan la yema apical, la palmera muere.
Síntomas
Retorcimientos de las hojas más externas sobre el nervio central que adquieren un color pajizo o se caen.
Hojas centrales de la palmera amarilleando o marchitándose.
Prevención
Hay que evitar las heridas en las palmeras. La poda, si es posible, debe realizarse en épocas del año que no coincidan con el vuelo de adultos para evitar el efecto atracción que provoca la Kairomona, sustancia que libera la palmera al realizarle un corte. Usar pasta cicatrizante en los cortes.
Usar a modo preventivo un insecticida específico, que contenga Imidacloprid 20%, en plazos de 30 días para evitar infecciones.
Solución
Aplicar un insecticida específico, que contenga Imidacloprid 20%, cada 7 días durante 5 o 6 semanas. La dosis que se debe usar es 1 litro de producto por cada metro de altura de tronco. Debe aplicarse en la corona de la planta y aplicarlo lentamente para que lo vaya absorviendo y no derramarlo por los lados.